Me pregunto qué será de ti, Juan Carlos…
Hasta donde me han contado (pues tu apenas te
comunicas conmigo, aunque no te culpo), te has sentido tan solitario como yo de
desesperado. Claro está que ambos nos extrañamos, mas yo soy demasiado cobarde
para decírtelo y u eres demasiado orgulloso para admitirlo. Me pregunto qué
tanto aguantaremos, y si finalmente uno de los dos romperá este silencio tan
ruidoso que solo nosotros podemos escuchar.
Nosotros, solía amar tanto esa palabra, y ahora no
me hace sino sufrir. Tu bien lo sabes, desde aquella fatídica tarde lo sabes
muy bien. Y yo sé que a ti también te duele. Me gustaría aseverar, sin embargo,
que piensas en mi tanto como yo en ti, aunque, según tus palabras, sería ridículo.
Quisiera regresar el tiempo y haber pronunciado las palabras correctas, pero
ambos somos humanos, y muchas veces cometemos errores que ni siquiera pensamos
cometer. Me gusta pasear por la Universidad pisando las hojas, me gusta hacerlo
a horas oscuras y frías, me gusta hacerlo oyendo las canciones que vieron nacer
y crecer nuestro amor me gusta torturarme imaginando que estás a mi lado, que en
cualquier momento me tomarás de la mano, dejando todo de lado y me abrazarás
tan fuerte y cariñosamente como nuestro primer abrazo el 21 de febrero a eso de
las 9 de la noche. Me gusta tratar de transformar en versos aquello que tuvimos
y no poder, del dolor, del amor y el olvido.
Me gusta tirarme en el pasto escuchando Coldplay
(tu sabes que canción) imaginando que te acostaras a mi lado y me darás un
tierno beso, haciendo que estos meses de angustia parezcan solo un rasguño en
la mano. Me gusta perder el equilibrio y el tiempo y lo sabes. Sabes que soy un
niño pequeño burlón y asustadizo. Sabes que te quise (y te quiero) por lo que
eres, sabes que yo sé eso y que quise hacer lo posible por ayudarte a ser
feliz. También sabes que fracasé miserablemente.
Sabes muchas cosas, pero me das
la impresión de que las has olvidado. O es, al menos, lo que me quieres hacer
creer. Lo que no sabes es que no puedo pensar en ti sin sonreír y llorar a la
vez, y que últimamente te he necesitado más que siempre, y me ha costado
bastante hacerle creer al mundo y a mi corazón que por dentro no me estoy
cayendo a pedazos. Tampoco creo que
sepas que temo terriblemente que leas esto. Temo que lo leas y te enojes tanto
conmigo que me mandes a la mierda para siempre. Temo que lo leas y te pueda
dejar peor que ahora. Temo que leas esto y pienses que estoy jugando y por sobre
todo temo que no hayas leído lo suficiente como para saber que temo todo esto.
También temo que pienses que te he olvidado, pero créeme que ha sido lo último
que he hecho, ni siquiera he tratado. Quizás ya superaste todo pero esto requiere
tiempo, una herida no sana tan fácil, aunque tú creas que fuiste el más
afectado. Yo también.
Te escribo estas palabras
indeciso si quisiera que las leas o no, no puedo asegurar ya que es lo mejor.
Yo solo quise poner una sonrisa en tu cara, y en tu corazón, y no me arrepiento
de haberlo intentado. El tema es que me gustaría intentarlo una vez más.
Quisiera decírtelo, en verdad, pero no me atrevo. No sé qué sensación te
provoque a ti, quiero imaginarlo, pero no puedo pensar en una respuesta clara.
¿Qué me dices? Todos los días espero algo que no llegará solo. Como quisiera
que fueras tu quien llenara el asiento del metro a mi lado, y no la soledad…